Pronunciamos el Argamedón mas sublime
Y no sonrojamos nuestras mejillas
En cambio somos frágiles piruetas del dolor
Por la capciosa razón de nuestro errores
Zancamos el camino de la noria
Y lo repetimos en tantas vueltas al revés
Que lo raro se hace vicio
Y lo cotidiano es sublimado
No retiramos los portentos del egoísmo
Apostando la salud de nuestros cuerpos
Y los silencios de almas tercas
Para llegar al mismo lugar de la partida
Con los fletes cansados de la deriva
Desdeñados como compadres en destierro
Ladeamos los caminos conocidos
Llamamos a las puertas mas extrañas
Y nos paramos a la espera de un mensaje
Damos limosnas a nuestras almas
Y creemos que hacemos bien al completarlas
Estamos solos, cansados y empeñados
Empecinados en reiniciar el mismo éxodo
Que inefable nos llevará a la nada
Nos dejará sin sentido
Como una compleja revelación de otras vidas
No de las nuestras, de las que podemos
Pero
Un día entenderán nuestros saberes
Tal vez sea más tarde que temprano
O tal vez renunciemos a tiempo
Y logremos ser felices,
Solo un rato
©Horacio Guardado
Octubre 1° de 2012
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