Una caja dentro de otra y ya son varias
Con trabajo las separa en tantas piezas
Descubre infinitos los estuches
Intenta nuevamente, ya parece un sueño
Rompe los bordes con vehemencia
Los arruga entre sus manos
Escudriña otra caja y otra
No comprende que está pasando
Da dos vueltas en redondo
Lanza un grito hacia la nada
Refunfuña una palabra inexistente
Y cancela la histriónica pavada
Empieza nuevamente al revés
Entonces descubre que la caja es él mismo
No hay envoltorios ni precintos
Es su voluntad la que está atada
No hay posibilidades alternadas
Es su casa en este mundo
La caja de su armadura más cerrada
Y comprende, comprende casi tarde
Solo él tiene la aldaba necesaria
©Horacio Guardado
Noviembre 28 de 2012
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